lunes, 7 de noviembre de 2016

Errores

Dime hasta dónde estarías dispuesto a llegar. 
Dime cuál es tu último pensar antes de cerrar los ojos 
Dime a qué tienes miedo
Dime qué te gusta hacer 
Dime cuál es el centro de tu gravedad 
Dime adónde vas y de dónde vienes 

Dime qué es lo importante en la vida, qué no y qué no te va ni te viene 
Dime cuál es tu atardecer preferido 
Dime quién hizo el mejor golpe de Estado
Dime cuál es tu color favorito 

Pero mientras espero a que me digas todo eso, mientras espero que me abraces, me quites los miedos y te bebas conmigo la vida a sorbos, déjame que te diga que la  respuesta se halla en el pronombre tú. 

Déjame que te diga que contigo hasta el fin, que eres tú quien invade mis sueños, quien habita mis noches y se desliza por mis días. 

Déjame que te diga que tengo miedo a que te vayas, que no estés cuando me levanto y que cierre los ojos sin estar apoyado en tu pecho compartiendo tu aliento. 

Déjame que mientras te digo que me gusta como hueles, 
te bese el cuello lentamente y aproveche para recorrerte de norte a sur.  Ya sé que entonces te oiría quejarte de mí por tomar ventaja de la ocasión. 

Sólo sabiendo eso sabrás qué me gusta hacer; así como que mi órbita eres tú: que diste un golpe en el centro de mi corazón para instalarte en la capital de mi felicidad. 

Déjame decirte que tú eres mi atardecer preferido, la última cucharada de coulant, un cena sorpresa en un espectacular hotel en el Tibidabo, la vida que quiero tener y la persona con la que quiero estar cada Viernes en la madrugada. 

Déjame decirte que mi color favorito es el de tus ojos, el de tu sonrisa y el de tu ilusión. Déjame decirte que mi color favorito es el de tus abrazos, tu forma de caminar y tu pronto repentino. 


Déjame decirte que eres mi hoy, mi mañana y mi siempre. 

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